
Lido Beach, Entebbe
Junio 2018.- Opté por la entrada suave, relajada y “verde” a Uganda, Entebbe, y dejé la capital Kampala, con su tráfico y ruido (aunque con muchas más opciones y un bullicio africano que engancha), para la salida del país. Aconsejo esta opción aunque alojarse en Entebbe, donde aterrizan todos los vuelos internacionales a 40 km. al sur de la capital, suele ser un poco más caro.
En esta ciudad de unos 70.000 habitantes -que uno diría que están de fin de semana en su mayoría por la tranquilidad de sus calles- se empieza a respirar la privilegiada naturaleza de Uganda, y no sólo por las aguas del Lago Victoria. Fue una delicia el largo paseo avistando aves y árboles en el Entebbe Botanical Garden, las serpientes del Uganda Reptiles Village o acabar el día en la playa: la Lido Beach en el Victoria Lake, donde los jóvenes locales despiden los últimos rayos del sol bailando animados afro-beats.
Las visitas esenciales de Entebbe se pueden cubrir con boda-boda o un taxi ocasional. Precios orientativos para trayectos cortos: entre 4.000 y 6.000 UGX los bodas y entre 15.000 y 30.000 UGX los taxis.
Como las aves se avistan mejor temprano, lo mejor es empezar por el Entebbe Botanical Garden.

ViaVia Entebbe Guest-house
Justo antes, un excelente aperitivo fue para mí el agradable jardín del ViaVia Guest House, tranquilo y precioso hotel con vistas a un pantano donde se dejan ver habitualmente muchas aves autóctonas mientras desayunas o tomas una Nile Special bien fría al atardecer. Una amplia y bonita habitación con baño privado (doble con ocupación individual) me costó 40$ (o 155.000 UGX) con un generoso desayuno incluido. Por 35.000 UGX (10$) te organizan el transfer en taxi desde el aeropuerto a tu llegada.
Personal muy amable, un bar con juegos de mesa a disposición de los huéspedes y pantalla grande en el jardín donde proyectan películas o partidos (a un volumen razonable). Estuve tan a gusto aquí que volví una noche más a mi regreso de la vecina Ruanda y me prepararon un estupendo bocadillo a mi llegada incluso en horario intempestivo (previo encargo por teléfono mientras salía del aeropuerto: aquí las cocinas cierran pronto).

Bar del ViaVia Entebbe guest-house. Belgium night
El primer día en el ViaVia había un evento de la comunidad de expatriados belgas con buffet (a precio muy razonable) y cerveza belga gratis cortesía de Brussels Airlines. Hay que reservar con antelación porque el hotel es pequeño y tiene ya muchos fieles. Y eso que no aparece en la última edición de la guía Bradt de Uganda. Lo recomiendo totalmente como puerta de entrada al país.

Entebbe Botanical Garden
Entebbe Botanical Garden. Creado en 1898 y abierto al público en 1902, el centenario jardín botánico de Entebbe alberga en sus 42 ha de terreno a orillas del lago Victoria unas 120 especies de pájaros y más de 300 de árboles y arbustos, y no sólo de Uganda. Un auténtico placer para pasear y disfrutar también, a parte de su riqueza ornitológica, de monos como el Black and white colobus monkey o el Vervet monkey.
La entrada cuesta 10.000 UGX (adulto no residente) más los 20.000 UGX del guía por unas dos horas largas y los 2.000 UGX del permiso fotográfico.
Una gozada: no hay que olvidar los prismáticos (los de 10×25 mm son suficientes y no pesan tanto). Con Richard de guía me fui muy satisfecho con el siguiente palmarés de 22 especies avistadas: Ross’s Turaco, Great Blue Turaco, Eastern Grey Plantan eater, Hadada Ibis, Hammer Kop, Common bubu, Prode kingfisher, Woodland kingfisher, Hornbill, varios Sunbirds, Northern Flycatcher, Little egret, Plover bird, Bee eater, Black kite, Stirlin, African Fish Eagle, Marabu stork, Wage Tail, Comorant y African Grey Parrots. Pero con suerte se pueden ver también, dicen, aves del Lake Victoria como el Grey Kestrel y el Yellow-throated leaflove, y otras como el Black headed gonolek o el pintoresco Black and White casqued hornbill, al que ya tuve la suerte de ver en la vecina Kenia.
En la zona de lianas te cuentan que aquí se grabó una película de Tarzán. Quién sabe. Si non e vero e ben trovato…
Uganda Reptiles Village

Forest Cobra. Uganda Reptiles Village
Y de los árboles y pájaros a… los reptiles. El también muy recomendable Uganda Reptiles Village es todo un festival de bichos venenosos, o no –su principal objetivo pedagógico para la población local es que hay que conservarlos en vez de acabar con ellos a hachazos y golpes– en el que admirar de cerca ejemplares de Rock Python, Jameson’s Mamba, Gabon Viper, Rhinoceros viper, Monitor Lizard, Egyptian Cobra, Forest cobra, Jackson’s trees snakes… y también cocodrilos del Nilo, tortugas y unos preciosos camaleones de tamaño diminuto que te ponen a pasear por tu brazo. Para mi gusto, me sobró que, sin pedirlo, agitaran a los tranquilos cocodrilos con un palo (supongo que para darle acción a la foto) o que sacaran de la jaula a una imponente víbora para ver como se movía por el jardín. A los reptiles, y en general a todos los animales, mejor dejarlos tranquilos.

Peters Restaurant, platos locales a precio local (y no sale en las guías)
Un amable ugandés me hizo descubrir el Peters Restaurant, que tampoco salía en mi guía (ni en Tripadvisor) y resultó una perfecta introducción a la comida local a precios casi tirados: 10.000 UGX el main course (menos de 3 euros). Probamos de todo, claro, como un menú degustación de acompañamientos locales alrededor de un pescado en salsa de cacahuetes: posho (el ugali ugandés, puré de maíz blanco), el omnipresente matoke (puré de plátano macho), calabaza, ñame, arroz, verduras, boniato (sweet patatoe), alubias…
Acabamos el día en otro sitio muy diferente, el elegante Café Javas con su oferta internacional -pasta italiana, tartas de chocolate, etc.- y precios también en consonancia. Me encanta este contraste africano de lo local y lo global, todo muy cerca y en perfecta convivencia. Antes me pasé por una de las playas del Lake Victoria, la Lido Beach. Me sorprendió que se pagase entrada (5.000 UGX, algo más de un euro) pero a cambio tienes vigilancia, lavabos, puestos de pinchos de carne a la brasa, cerveza fría, sillas y mesas en la arena y… música a tope.
Aún con la luz del día la gente ya se mueve a su ritmo mientras se baña, mecida por las vigorosas olas del lago que Uganda comparte con Tanzania y Kenia. Y, entrada la noche, improvisan una pista de baile en la que los jóvenes exhiben sus habilidades o se desmadran sin complejos, si hace falta encaramados a un muro cual go-go girls…
Entebbe parecía tranquila, pero no tanto. This is Africa.
© Texto y fotos de Carles Cascón, 2018
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